domingo, 22 de marzo de 2015

Un problema: ¿Cómo aprenden Historia los niños?

Recientemente en muchos países, como en México, se han dado a la tarea de evaluar el aprendizaje de la Historia en educación primaria. Los resultados de estas evaluaciones han sido desfavorables pues demuestran que los alumnos no llegan a desarrollar un pensamiento que los ayude a interpretar y explicar los hechos históricos.

No es de extrañarse que la enseñanza de la Historia en las escuelas no este rindiendo frutos. Existen diversas razones que se pueden dar sin ser un especialista en el tema, por ejemplo, las pocas horas curriculares para la asignatura, las formas cerradas de evaluar, la transmisión centrada en la memorización de los contenidos que a su vez ha provocado el aburrimiento y fastidio de los estudiantes hacia esta disciplina. Además debemos agregar las características que por sí misma presenta esta materia y la dificultan como las múltiples causas y consecuencias de los eventos, el lugar y circunstancias en que sucedieron, el tiempo o etapa en que pasaron, el uso de palabras poco coloquiales, la falta de evidencia observable, etc. 

Por lo antes dicho, algunos autores opinan que niños en edades tempranas no poseen capacidades intelectuales para dicho aprendizaje, en cambio otros, han señalado que todo niño pese a su corta edad ya sabe algo de Historia, más específicamente, reconoce su historia y aquella que ve como cambios en su vida diaria ¿usted qué cree?


Sin embargo, la mayoría de investigadores concuerdan en que el pensamiento histórico consiste en “hacer historia” (Havekes, Aardema y Vries, 2010;  Levstick y Barton, 2011), el cual fundamentalmente es un acto de interpretación en el que el niño debe evaluar evidencia, considerar opiniones, defender ideas, organizar información, adentrarse al contexto histórico, etc. Es decir, involucrarse en el fenómeno histórico y lograr un razonamiento de las causas del mismo como señala Carretero y Montanero (2008).
Considerando lo anterior, se hace relevante la realización de propuestas didácticas en este nivel para favorecer el pensamiento histórico como el desarrollo de ambientes de aprendizaje apoyados con tecnologías en los que se practique la construcción, comunicación y aplicación del conocimiento. De esta manera se puede alcanzar el propósito educativo, formar estudiantes competentes en la comprensión de su pasado para la valoración de su presente, ampliamente críticos  y participativos en la sociedad.

Referencias

Carretero, M. & Montanero, M. (2008). Enseñanza y aprendizaje de la Historia: aspectos cognitivos y culturales. Cultura y Educación, 20(2), 133-142. Recuperado de http://www.ub.edu/histodidactica/images/documentos/pdf/ensenanza_aprendizaje_historia.pdf

Havekes, H., Aardema, A. & de Vries, J. (2010). Active historical thinking: designing learning activities to stimulate domain-specific thinking. Teaching History, 139, 52-59. Recuperado de http://shailendrag.wikispaces.com/file/view/Thinking8.pdf

Levstick, S. & Barton, K. (2011). Doing History. Investigating with children in elementary and middle schools. New York: Routledge

1 comentario:

  1. Me parece que las propuestas didácticas desde la infancia además de favorecer el pensamiento histórico serían de gran ayuda de forma interdisciplinar, por las habilidades reflexivas, argumentativas que los niños desarrollarían en una etapa temprana. Saludos

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